El Tower Bridge de Londres es uno de los puentes más famosos del mundo y, sin duda, el más famoso de la ciudad, se encuentra justo en pleno centro de Londres y está muy bien comunicado.
No solo vas a poder verlo a pie de calle, caminando por encima o desde el río Támesis, si no que también vas a poder disfrutar de su interior con la Tower Bridge Exhibition.
Se tardó ocho años en construirlo contando con 432 trabajadores. Al principio funcionaba gracias al equipo técnico que permanecía en las Victorian Engine Rooms. En la actualidad funciona con aceite y electricidad.
El puente de la Torre, en inglés Tower Bridge, es un puente que cruza el río Támesis en Londres. Combina las características de puente basculante y puente colgante. Está construido en estilo victoriano neogótico, y se encuentra situado cerca de la torre de Londres, que le da su nombre.
El puente, uno de los cuatro puentes pertenecientes a la Corporation of London, el ayuntamiento de la City de Londres, es mantenido por Bridge House Estates, una compañía sin ánimo de lucro. Los otros tres son el puente de Londres, el puente de Blackfriars y el puente de Southwark.
DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN
Durante la segunda parte del siglo XIX, el desarrollo económico en el este de Londres llevó a la necesidad de un nuevo paso sobre el río, más abajo del puente de Londres. No se podía construir el tradicional puente fijo debido a que cortaría el acceso al puerto que en esa época se situaba en el Pool of London (el Puerto de Londres original), entre el puente de Londres y la Torre de Londres. Un túnel bajo el Támesis, Tower Subway, fue inaugurado en 1870, pero solo servía para tráfico peatonal.
En 1875 se creó un comité especial para encontrar una solución al paso sobre el río, que convocó un concurso para elegir el diseño del futuro puente. Más de cincuenta diseños fueron propuestos, incluido uno de sir Joseph Bazalgette. La evaluación de los diseños estuvo rodeada de controversia, y no fue hasta 1884 cuando el creado por Horace Jones, el Arquitecto de la Ciudad, fue aprobado.
El diseño de Jones era un puente basculante de 244 m de longitud y 7 m de anchura con dos torres de 65 m de altura. La distancia central de 61 m entre las dos torres se divide en dos levas, que pueden elevarse hasta un ángulo de 83 grados para permitir pasar el tráfico fluvial. A pesar de que cada leva pesa más de 1000 toneladas, están contrapesadas para minimizar la energía requerida para elevarlas, lo que lleva un minuto. El mecanismo hidráulico original, diseñado por William Armstrong, utilizaba agua a presión almacenada en seis acumuladores. El agua era bombeada dentro de los acumuladores mediante motores de vapor. El puente puede cargar más de 2000 toneladas.
Actualmente, la maquinaria hidráulica original todavía abre el puente, aunque ha sido modificado para utilizar aceite en lugar de agua, y motores eléctricos han sustituido el lugar de las máquinas de vapor y los acumuladores. Las antiguas salas de máquinas están abiertas al público.
El puente fue inaugurado por el príncipe de Gales el 30 de junio de 1894, seis años después del fallecimiento de Jones, y tras ocho años de construcción. El mismo día de su inauguración, la prestigiosa revista especializada The Builder lo calificó de «monstruoso y grotesco».
TOWER BRIDGE POR DENTRO
La exhibición del Tower Bridge es la mejor manera de explorar el puente más famoso del mundo. Puedes pasear por sus pasarelas y caminar por el suelo de cristal hasta las torres y las habitaciones de la maquinaria.
Vas a descubrir la historia del puente conociendo cómo y por qué se construyó.
El recorrido empieza en la Torre Norte, donde se cuenta la historia del puente así como su significado, función y localización.
A través de las pasarelas se podrá caminar por el suelo de cristal y ver las vistas tanto debajo de tus pies como a tu alrededor.
En la Torre Sur se puede ver un vídeo del artista Stephen Biesty y finalmente bajar contemplando a tu alrededor edificios icónicos que se pueden ver a lo largo del Támesis convertidos en obras de arte con LED.
La visita culmina con las Victorian Engine Rooms, en las que está la maquinara que se usó para levantar el puente.
TOWER BRIDGE GLASS FLOOR
Éste es, sin duda, uno de los mayores atractivos que ofrece el Tower Bridge. Es el desarrollo más significativo desde que la exhibición abrió en los años 80.
El piso de cristal ofrece una visión jamás vista de Londres, a 42 metros por encima del río Támesis.
Podrás ver a las personas que caminan por el puente, los famosos autobuses rojos y los barcos pasando por el río.
El vidrio mide 11 metros de largo y 1,8 de ancho y está hecho de paneles que pesan 530 kilogramos cada uno.
Para aquellos que tengan vértigo y no puedan mirar a través de él, que sepan que el caminar por las pasarelas va a proporcionarles unas vistas panorámicas de Londres increíbles.
SALA DE MÁQUINAS DEL TOWER BRIDGE
Situadas a pocos minutos andando de la Torre Sur, esconden una de las verdaderas gemas de Londres.
Te permite conocer unos enormes motores de vapor, hornos y acumuladores que fueron utilizados para impulsar el movimiento del Tower Bridge.
Mecanismos, paneles informativos y películas cortas explican la tecnología que se ha usado por más de 120 años para mantener el puente en movimiento.
Es un espacio dinámico que alberga exhibiciones temporales que cambian a lo largo del año. Para saber más acerca de estas exposiciones consulta la página de eventos.
Existen diferentes tipos de tours para todo tipo de personas que quieran profundizar en la historia y lo que hay detrás del Tower Bridge.
El último sábado de cada mes a la 11am se organiza un tour con lenguaje de signos para aquellas personas sordas o con deficiencias auditivas que quieran conocer más a fondo el Tower Bridge. Dura 1h y media y el precio está incluido en el precio de admisión.