Carrick-a-Rede, Ballintoy, Carrick Island, Irlanda del Norte, UK

El Carrick-a-rede rope bridge es un puente colgante situado en las cercanías de Ballintoy, condado de Antrim, Irlanda del Norte. Es propiedad de National Trust y tiene una longitud de 20 metros.

Se trata de un puente situado a una altura de 25 metros sobre el nivel del mar y que une a una pequeña isla (Carrick-a-Rede) en la que existe una pesquería de salmones, con la costa. El puente actual data del 2008, aunque hay evidencias de un puente en el mismo lugar desde hace siglos.

Se ha convertido en una de las atracciones turísticas de Irlanda del Norte, así en 2007 tuvo una afluencia de 227.000 visitantes. La entrada tiene un coste de £8 y hay que hacer una caminata desde la entrada hasta llegar al puente.

HISTORIA

El nombre de Carrick-a-Rede parece proceder del gaélico escocés Carraig-a-Rade que significa literalmente “roca en el camino”. ¿Cuál puede ser el camino que se vea interrumpido por esta isla volcánica? El del salmón atlántico en su migración hacia los ríos en que nacieron –como el Bush o el Bann– desde los comederos del norte.

*Durante más de 350 años, los pescadores construían cada temporada un puente de cuerda para acceder a la isla Carrick-a-Rede y a los mejores lugares para capturar al salmón en su migración. Hoy en día, el puente colgante de Carrick-a-Rede se ha convertido en una atracción turística más en la ruta de la calzada de Irlanda del Norte.*

El origen del nombre de la isla, demuestra la importancia que tiene salmón en esta zona de Irlanda del Norte. Bueno, la importancia que tuvo. A principios del siglo XIX había 82 pescadores, 21 pescadores de salmón y 10 portadores de pescado entre los habitantes del municipio de Ballintoy, que incluye Carrick-a-Rede y Larrybane donde también se pescaba.

EL PUENTE COLGANTE DE CARRICK-A-REDE

Cuando llegas frente a ese trozo de cuerda colgante entre la costa del norte de Irlanda y la isla de Carrick-a-Rede, lo primero que te preguntas es: “¿había necesidad?” y es que es imposible pensar en lo que tiene que balancearse aquello con las tormentas de esa zona.

Vamos a conocer un par de datos importantes.

El primero, que el puente se construía (se construye, se “monta”, se “teje” o se “crea”) cada primavera y que, al final de la temporada migratoria del salmón, se desmontaba y guardaba hasta el año siguiente. De esa forma no tenía que hacer frente a las grandes tormentas que eran capaces de hacer estragos, incluso en puentes de hierro y cemento.

El segundo es que, a diferencia del sendero de los Gobbins, el puente de cuerda de Carrick-a-Rede no se creó como atracción turística. Era la forma más sencilla para los pescadores de acceder a los mejores puntos para la captura del salmón (el primero se construyó en 1755)

El pez no pasa por el estrecho de unos veinte metros de anchura, sino que lo hace al norte de la isla. Hasta allí tenían que llegar y por el puente, que por aquél entonces sólo tenía un pasamanos que permitía pasar a los pescadores cargados de utensilios y de la recompensa de la pesca. Tanto la construcción del puente como su mantenimiento, y el desmantelamiento durante los meses que no había pesca del salmón era responsabilidad de los propios pescadores, todo esto era mucho más rápido que hacerlo en barca.

Antes de que existiera el puente, los lugareños pasaban con una cuerda para extender las redes en la zona donde está la pequeña cabaña que encontramos después de cruzar a la isla.

Desde 1784 hasta el años 2002 cuando los pescadores abandonaron la práctica, la cabaña funcionó como almacén para guardar las redes y refugio. A su lado está la grúa con la que se izaba la pequeña embarcación utilizada para extender las redes donde los salmones quedaban atrapados.

EL FIN DEL SALMÓN Y EL PRINCIPIO DEL TURISTA

La pesca del salmón, que había sido la principal actividad de la zona (junto con las canteras de pizarra) desde principios del siglo XVII, tuvo su última temporada en 2002. El salmón atlántico se declaró en peligro de extinción y se prohibió su captura.

La isla Carrick-a-Rede ya tenía dos certificaciones de área protegida: zona de protección especial y de especial interés científico y, como desde el principio de los tiempos, unos paisajes increíbles.

«¿Qué les parece si cambiamos las decenas de pescadores por miles de turistas?”. Algo así debieron pensar las autoridades locales, y ahora es la National Trust, la organización que se encarga de éste y otros lugares turísticos de Irlanda del Norte, la que contrata a especialistas de cuerdas cada primavera para montar el puente colgante.

LA EXPERIENCIA DE CRUZAR EL PUENTE DE CUERDA DE CARRICK-A-REDE

Los listones de madera crujen con el fuerte viento. Las olas se arremolinan bajo tus pies. Sientes la sal de la espuma marina en tu cara. ¿Podrás con Carrick-a-Rede?

Puede que balancearte a 30 metros de altura sobre el océano no te parezca la forma más relajante de realizar este trayecto de 20 metros, pero el puente ha evolucionado mucho con el tiempo.

Para cruzar el puente hace falta sangre fría. Pero si llegas al otro lado, recibirás la recompensa de unas vistas impresionantes hasta la isla de Rathlin e incluso Escocia. Además, estarás a tiro de piedra de la Calzada del Gigante, declarada patrimonio mundial de la UNESCO. Admira toda esa belleza antes de volver al puente, ¡pero recuerda no mirar hacia abajo!

 

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